Identificaciones y "personalidad" de la ilusoria figura del yo


Como programación mental, al haber identificación con la mente, se considera que aquello que ésta percibe y comprende o cree comprender, ya sea a través de los sentidos o ideas concebidas, es lo único existente. Por supuesto, la idea concebida de ser la mente, los pensamientos, las sensaciones, el cuerpo físico y la marcada personalidad, tiende a gobernar y dirigir la vida, en busca de su alimento y supervivencia. Interiorizar esto es un paso primordial para comenzar a Experimentar la vida en mayor profundidad, sin las obligaciones que el ego obliga a obedecer.

La búsqueda de su alimento, habitualmente envuelto en constantes deseos, hace vivir la vida de fuera hacia dentro, encontrando la superficialidad y vivencias limitadas que no contribuyen más que a una esporádica distracción, volviendo de nuevo al estado de búsqueda. Sin confundir lo que se manifiesta, disfruta de la vida, de la gente, de las conversaciones, de los juegos, del mundo externo, pero ten presente que todo lo vivido es efímero.  Aislarse y centrarse en la búsqueda de experiencias espirituales tampoco deja de ser parte de la superficialidad de la vida, de la identificación con el yo que busca y el yo que encuentra.

Tiende a haber identificación con distintos roles, siempre son necesarios para la supervivencia de la ilusoria figura del yo, del ego. Yo soy esto, yo soy aquello, yo soy, yo soy, yo soy… palabras que hacen que el dominio del ego esté patente. Indaga en todas esas identificaciones que crees que te definen, hasta que llegue la experiencia intrínseca de la superficialidad que las rodea a todas ellas.

Esto ocurre en todos los aparentes niveles, con la perspectiva analítica y con la perspectiva espiritual. Considerarse espiritual como alimento del ego porque eso te hace creer que es mejor que lo definido como mundano, no hace sino alimentar el dominio del ego y hace permanecer en la correspondiente dualidad mental.

Todo lo que genera una identificación con un determinado rol o como parte de una supuesta personalidad, alimenta el ego. Por ello, saliéndose de su dominio, no hay clasificación con ninguna etiqueta, rol o rasgo de la personalidad, como bueno, malo, santo, pecador, mundano, espiritual, religioso, ateo, político o apolítico, y por supuesto, tampoco como maestro.

 Sin el dominio del ego puedes seguir viviendo, con la claridad que esto otorga. Y puedes seguir involucrándote en aquello en lo que surja hacerlo, con naturalidad, y ya sin estar la obligación de que sea de una manera u otra, y sin la sugestión de relacionarte condicionado para buscar el alimento del yo. Ahora todo fluye, sin percepción de esfuerzo, con naturalidad. En apariencia sigue habiendo un yo y una correspondiente personalidad, pero ya no se permanece bajo esa superficialidad, pues hay algo inamovible. Puedes seguir disfrutando de la compañía de la gente, de la soledad, de la naturaleza, de la ciudad, del movimiento, de la quietud, de una actitud activa o de una actitud pasiva… pero todo surge desde la naturalidad, sin condicionamientos, sin ninguna búsqueda, sin ningún requerimiento.

 

Vídeo "Más allá del yo-ego": Enlace a la 1ª Parte del video Enlace a la 2ª Parte del video

 

En los libros “Viaje a la Divinidad - Muerte en vida” y “Perspectivas” puedes seguir profundizando sobre ello y otras cuestiones. No es una invitación para leerlos y convertir lo que se lee en conceptos, sino a que interiorices el mensaje, la vida, la energía, el silencio, por el que ambos libros están envueltos y aquello en lo que percibas verdad.