El arma más poderosa 1ª Parte


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El arma más poderosa

 

Cuenta una leyenda, que existía un lugar, donde todos sus habitantes tenían que mantener una intensa lucha con un caballero cuyo rostro no podían ver, pues todo él estaba oculto por un yelmo y una armadura.

Nadie había sobrevivido al encuentro con este misterioso ser, pero no mataba a aquellos con los que se enfrentaba, sino que los volvía locos.

Seguían viviendo, pero desde que se enfrentaban al caballero de la armadura, vivían una vida de sufrimiento.

Las gentes del lugar contaban que algunos habían logrado vencer al malvado desconocido, pero esto en realidad, no estaba muy claro, lo cual acrecentaba aún más la leyenda en torno a tan misterioso caballero.

Incluso aquellos que parecían no haber terminado envueltos en el embrujo de sufrimiento, que se padecía al no vencer, al final, acababan por sucumbir.

Antes de enfrentarse al caballero, todos marchaban a una misteriosa cueva, donde se les permitía escoger una sola arma de entre todas las que allí se podían encontrar, y así, prepararse para el combate.

Había grandes y fuertes armaduras con su escudo, que sin duda deberían aguantar los ataques del misterioso ser. También afiladas espadas y singulares arcos con sus flechas.

Un día, le llegó el turno a uno de los habitantes. Le fue revelada la ubicación de la misteriosa cueva, y marchó para elegir el arma con la que vencer al extraño caballero.  Sin embargo, antes tuvo un sueño y supo que el momento del enfrentamiento se acercaba, así que fue a ver a un hombre, que decían que había logrado superar con éxito, la lucha con tan terrible adversario.

Al llegar donde supuestamente encontraría a tan formidable hombre, uno de los pocos que había logrado vencer al misterioso ser y vivir sin el sufrimiento que produce la derrota, se llevó una sorpresa.

Ante él no vio el fuerte soldado que pensó encontrarse. Tampoco vio a un hombre rico, que con su dinero hubiera podido sobornar al contrincante. El único que allí había, era un hombre, no precisamente fuerte, que cuidaba tranquilo de unas flores.

Se acercó, preguntándose quién más podía vivir en ese lugar, y aunque la casa era humilde, esperaba hallarse ante el sirviente de algún extravagante noble, o de alguien muy fuerte o de un poderoso mago, ¡Incluso de un rey! Sin embargo, el hombre tranquilo le comunicó que allí únicamente vivía él.

El joven quedó muy contrariado, no se lo creía. Pensaba que era imposible que alguien así, pudiera haber salido triunfador del fatídico encuentro con el misterioso ser. Además, aquel jardinero ni siquiera se marchó a tierras lejanas, donde alejarse lo más posible del sufrimiento de la gente que no había logrado vencer al desconocido caballero. En vez de ello, vivía cerca de la gente, del sufrimiento, pero ¿Cómo habría sido capaz, sin necesidad de dinero, fuerza o magia, vencer a tan duro adversario?

Pensó que debía haber algún mal entendido, pero se le veía tan tranquilo, tan en paz, que no pudo por menos, que preguntar.

El hombre paró de regar las plantas y mirándole a los ojos le reveló que en el lugar oculto, donde se escoge el arma para enfrentarse a tan duro rival, estaba el arma más poderosa jamás creada, con la que él había logrado vencer al caballero, de rostro desconocido.

Le recordó que tenía que elegir bien, que sólo podría elegir un arma, y que no se dejara llevar por lo evidente, ni por sus creencias; que mirara un poco más allá, que observara más profundamente.

Le dijo que con aquella arma sería invencible, que utilizarla podía curar, que podía ayudar, tanto al que la utiliza como a quienes va dirigida.

 

Continúa...

 

Fin de la primera parte