Más allá del yo–ego 1ª parte


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1ª Parte del vídeo

Más allá del yo-ego

 

No eres el cuerpo, la mente, ni ningún rasgo de la personalidad que da vida a la figura del yo-ego, te definen. Tampoco tiene relevancia aquello a lo que te dedicas, el lugar en el que has nacido o el aspecto físico.

No eres nada de aquello con lo que te identificas. Ni los pensamientos, ni las sensaciones, ni las palabras, ni los actos ni la actitud, definen quién eres.

No eres aquello que crees, ni aquello que te han contado, ni la religión que procesas, ni el Dios al que rezas, ni tan siquiera el ser interior.

 

Trascendiendo todo aquello que no eres, existe la Experiencia

 

Tras haber trascendido la identificación con todo lo que en realidad no se Es, se siente y experimenta la verdad de un Yo más profundo y auténtico. Cuando ese “yo” es trascendido, la forma física puede ser utilizada por una Consciencia más profunda, permaneciendo en la experiencia, de ese estado interno. Y entonces, permaneciendo en su correspondiente fluidez, toda pregunta carece de sentido y no hay dudas. Cuando ese momento llegue, ni te lo plantearás, porque no habrá identificación con un yo que se lo plantee o dude.

 

¿Qué pasaría si te liberases de todo aquello que no eres?

 

¿Qué ocurriría si te liberaras de todo aquello con lo que te identificas:

la mente, el cuerpo, la realidad física?

 

¿Qué sucedería si te liberas de todo lo que te han dicho,

incluidas todas las creencias con las que te identificas,

las que has adquirido o las que fueron impuestas?

 

¿Qué pasaría si dejas de creer y necesitar la creencia en la religión

con la que te identificas?

 

¿Y si no necesitas al Dios que rezas ni a tu ser? 

 

¿Y si tan siquiera necesitas de ti mismo?

 

¿Qué pasaría?

 

¡Estarías libre de todo!

 

Entonces no percibirías la realidad física a través de ningún prisma, ni tan siquiera del propio, pues este, también está limitado. Lo verías todo sin prisma. Fluirías con Todo. Experimentarías la Existencia, directamente, sin intermediarios.

Ya no habría nada: Ideas, religiones, jerarquías, fronteras, diferencias, ni juicios.

Experimentarías que

 

“Todo está bien, es como Es”

 

El miedo sería innecesario. No necesitarías del sufrimiento. No habría inquietud, ni necesidad de nada, ni deseo por nada. Únicamente

 

Plena Aceptación

 

Estando presente

 

Fluyendo…

 

El sufrimiento deja de ser necesario

cuando trasciendes lo que no eres y fluyes con Todo…

 

Continúa…